Una causa habitual de molestias en los dientes es la sensibilidad dental. Esta se define como un dolor intenso y de corta duración, que se produce como respuesta de la parte interna del diente, cuando esta se encuentra anormalmente expuesta.
Por diferentes causas, como la pérdida de protección gingival en las recesiones o de protección de esmalte en erosiones, abrasiones o atricción, queda la dentina expuesta en el medio oral y con ello deja abierto el paso de túbulos dentinarios que finalizan en el paquete vasculonervioso del diente. Estímulos externos como el frío o calor, dulces o ácidos, o incluso el tacto, presión o cepillado, pueden estimular el nervio provocando una descarga que se traduce en dolor. Si la molestia es excesiva y prolongada, es conveniente tratarlo.
En nuestras clínicas utilizamos el láser de diodo para el tratamiento de la sensibilidad dental, con el que se consigue sellar y taponar los túbulos dentinarios, evitando así el estimulo nervioso y el dolor secundario.
Es un tratamiento muy eficaz, que no requiere anestesia y que ofrece resultados inmediatos y duraderos.