Antes de la aparición de las restauraciones de composite con sistema adhesivo, se empleaba para la reconstrucción de las piezas afectadas por la caries la amalgama de plata. La amalgama es en realidad una aleación del mercurio con otros metales como cobre, zinc, plata, estaño, oro…
Estos empastes se realizaban en el pasado con técnica de condensación, con lo que había que realizar diseños muy complejos de la cavidad y se tendía a eliminar más tejido dental sano. Debido a la ausencia de adhesión, con el paso de los años, los márgenes de estas restauraciones se pueden desajustar, deteriorar, filtrar o presentar fracturas.
La aparición de sensibilidad en la pieza, así como la detección de caries en las radiografías de control, serán motivos que nos indiquen la necesidad de renovar la restauración y sustituirla por una nueva de resina compuesta. Siempre se retiran con protección especial para evitar los vapores que desprende la aleación de metales.